15 de agosto de 2012

Sin palabras.

Bendita rutina aquella en la que nos tirabamos noches enteras sin dormir por el mero placer de quedarnos hablando hasta altas horas de la madrugada, dónde nos deciamos cosas que nunca nadie llegará a saber pero que yo siempre recordaré.
Bendita rutina que no supimos aprovechar lo suficiente, bendita rutina que quiero que vuelva a mí. Lo sabes, te lo agradeceré siempre, gracias por conocerme pero sobre todo gracias por escucharme, pocos se ofrecen. Pocos entenderán esto, ni yo lo entiendo a veces, dudo.... pero dicen que quien duda es porque piensa y entonces he de reconocer que pienso en tí.